sábado, 13 de octubre de 2012

Comiendole el rabo al fotografo de la boda



La boda estaba siendo aburridísima y más para Manuel que tenía que ejercer como fotógrafo y grabar todo lo que pudiese para su amigo y su mujer. Había poco que grabar sin embargo, hasta que Manuel descubrió a Loulou, una rubia de curvas poderosas y cara de vicio que también parecía estar buscando algo de diversión en aquel tedioso banquete. Sus deseos se juntaron y Manuel pudo por fin grabar algo interesante sobre la boda, eso sí, en la intimidad, en una de las habitaciones del hotel, pero valió la pena. Quizás a su colega no le gustase esa parte de la cinta en que guardó para la posteridad cómo se lo montaba con aquella británica insaciable.

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