sábado, 9 de febrero de 2013

Le pido sal a la vecina y acabo follandola



Unos golpes y unos gritos procedentes de la casa de su vecina, alertaron a Johnny, quien prefirió acercarse a ver qué sucedía antes de llamar a la policía. Al entrar, vió que Lea se encontraba sola en casa, su marido se marchó después de una acalorada discusión, ahora estaba algo atemorizada y nerviosa. Pero la visita de Johnny la tranquilizó bastante y comenzó sentir un cosquilleo producto de la excitación, se sentía en cierto modo protegida y estaba dispuesta a agradecerle el detalle con una buena dosis de sexo. Johnny estaba casado, pero aquel dulce no tenía pinta de amargarle la tarde, así que sacó su erecto mástil a pasear entre las tetas y las turgentes nalgas de su ardiente vecina. A partir de ahora, un poquito de sal o unos limones, podría convertirse en la excusa perfecta para visitar a Lea más a menudo.

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