sábado, 18 de mayo de 2013
Quitate las gafitas nena que esto te va a doler
Annika se las prometía felices intentando añadir morbo a la escena con sus gafitas de secretaria cachonda, pero poca falta le iban a hacer aquella tarde, ya que lo que iba a ver bien de cerca y a morder, iba a ser el edredón de su cama mientras el trabuco de su chico empalaba sin piedad su apretado culito. Dicen que ojo que no ve, corazón que no siente, pero a pesar de no ver mucho, Annika lo sintió.
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