domingo, 16 de diciembre de 2012

No le digas nada a mi marido



Kris había preparado todo como el año anterior en la declaración de impuestos de los señores Alvares, asegurándose que pagaran los menos impuestos posibles, pudieran ahorrarse un buen dinero y evitando cualquier posible problema con Hacienda. Todo ello siguiendo las instrucciones de la señora Alvares que quería ese dinero para ella. Aunque esta vez, si Ava no quería que su marido contratase a un detective privado y se enterase de la cantidad que les había ahorrado, Kris le advirtió que no empezase a gastarlo en bolsos, ropa y joyería. Ava quiso devolverle el favor y asegurarse de paso sus atenciones de la mejor forma posible, abriéndo sus piernas de par en par e invitándole a follársela hasta reventar.

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