martes, 22 de enero de 2013

Buscando el lado bueno de la navidad



Como cada año por estas fechas, Lezley se sentaba en una silla convertida en una sexy Mamá Noel para escuchar los deseos de los niños, algo que contrastaba fuertemente con su profundo odio hacia la Navidad. Pero aún había algo que odiaba más que a toda la parafernalia de guirnaldas, niños ansiosos, adornos navideños, etc. Se trataba de Keiran, el duende que trabajaba con ella y estaba a todas horas fastidiándola con sus silbidos, su vestimenta y su amor por la fiesta navideña. Lezley deseó con todas sus fuerzas una gruesa y caliente tranca que pudiera hacerla olvidarse de todo y sentirse satisfecha. Curiosamente, el pequeño Keiran guardaba bajo sus mallas la herramienta necesaria para complacer a la necesitada Mamá Noel.

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