Follando con la amiga de mi mujer

Jessica fue hasta la casa de su amiga para recoger unos zapatos que le había prestado para bailar, pero algo le decía que aquella visita se iba a prolongar más de lo normal. Poseído por un extraño fetichismo hacia los pies de la amiga de su mujer, Kurt comenzó a acariciarla subiendo su mano hasta llegar al punto donde esas dos largas piernas se juntaban. Jessica no parecía estar segura de querer dar el paso, pero no le quedó más remedio que dejarse llevar por las sobonas manos de Kurt acariciando sus enormes tetas y terminar entrando en un estado de excitación irreversible. Cuando se quiso dar cuenta, la tremenda pelirroja tenía la boca totalmente tapada por el cilindro carnal de Kurt, dejándola bien preparada para una buena embestida.