martes, 2 de abril de 2013

Rompiendo el culito de una putita insaciable



El padre de Holly, harto de que su hija se pasara la vida de fiesta y actuando como una auténtica putita allá por donde pisara, decidió darle un merecido castigo vendiendo su preciado coche. Las súplicas de la joven no sirvieron de mucho, ya que James llegó para pagar al contado y llevarse aquella espectacular reliquia. Ya en el garaje y cuando se disponía a arrancar el motor, James recibió la visita de la dulce Holly, estaba dispuesta a hacer lo que fuera por recuperar su coche, lo que fuera. Aquellas palabras sonaron en los oídos de James como un regalo divino, y no tardó en poner a aquella preciosa putita insaciable de rodillas, llenarle la boca con su erecto mástil y taladrar alternativamente su coñito y su ojete, colmándola de placer y haciendo que sus gemidos se volvieran ensordecedores en cada embestida.

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