martes, 5 de febrero de 2013

Aceptando las proposiciones anales de un extraño



Sophie salió al parque a correr casi como cada día. Haciendo unos estiramientos apoyada sobre un banco, continuaba su rutina ajena a la mirada lasciva de Renato, quien amagado en su BMW, presenciaba el espectáculo de aquel cuerpo esbelto, firme y atlético, aquel culito pequeño, redondo y duro y aquellos ojazos verdes, felinos, con los que fantaseaba, con los que estaba obsesionado. Aquel día esperó el paso de la morenita para hacerle una proposición que resultó tener éxito. Movida tal vez por el dinero o por el simple morbo de montárselo con un extraño, Sophie Lynx accedió a subir en el coche y retirarse a la apacible casa de Renato para disfrutar de su miembro introduciéndose hasta lo más profundo de su apretado culito.

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