Follando con la dueña madurita en un viaje de negocios

Julia Ann le contó a su marido que iba de viaje de negocios y, en gran parte era verdad. Con la economía como está, cada quién se busca la vida como puede y Julia había tomado un amante, un tipo adinerado que la colmaba de caprichos y proveía de dinero su bolso. Ciertamente era un negocio, de lo más placentero por otro lado para Julia, un viaje gratis, un buen hotel, una buena cena y dinero a cambio de sexo. Ella daba a Alec lo que quería, entretenimiento, cariño, pasión y sexo a raudales y él proveía para ella y su familía. Una situación perfecta para todos, sobre todo para ella que, además, disfrutaba de lo lindo, seguramente su marido si lo supiera no opinaría lo mismo.